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“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR, ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES), EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS, Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

viernes, marzo 04, 2011

El Posnatal y el Dólar


Jueves 3 de marzo de 2011

Hace muchos años un estudio mostró que los trabajadores textiles norteamericanos ganaban tres veces más que los chilenos, a igual función, pero eran seis veces más productivos. ("Tres" y "seis" pueden haber sido otras cifras, pero la proporción era la que señalé).
Si los chilenos pretendemos que nuestros trabajadores y trabajadoras ganen lo mismo que los de otras partes, y no consideramos la productividad, podemos cometer graves errores.

Ahora el país celebra el posnatal de seis meses. Creo recordar que en la campaña presidencial de 2005, en un foro de la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, éste habló de un posnatal de seis meses, pero ella dijo que ésa era una medida demagógica y no la apoyaría. Y yo, como telespectador, me dije que era la primera vez que veía a un candidato de centroderecha ser más demagogo que uno de izquierda.

Bueno, en la última campaña el mismo candidato renovó su oferta del posnatal de seis meses y yo volví a pensar en cuán demagogo era, pero el hecho fue que, con ésa y otras promesas, salió electo. Aunque trató "de hacerse el leso" con el posnatal de seis meses (ya tenía los votos en el bolsillo y sabía que era perjudicial), no pudo, así es que ahora envió el proyecto, que es casi unánimemente aplaudido, porque la gente entiende muy poco de estas cosas.

Pero hoy en "El Mercurio" el doctor Juan Pablo Illanes, que presidió una comisión sobre salud del actual gobierno, dice que ha examinado la situación en esta materia de 25 países de la Unión Europea y que en ellos el promedio de posnatal es de 5,1 semanas. Acá van a ser 24. En la Unión Europea el país con posnatal más largo es Eslovaquia, con 14 semanas.
Un columnista, ex ministro de la Concertación, Ricardo Solari, dice hoy en "La Segunda": "Ofreceremos beneficios sociales superiores a los que dispone la mayoría de los países de la Europa del Norte, desarrollados y con un ingreso per cápita cinco veces superior al nuestro. ¿Raro, no?". A continuación señala que la mayoría de las mujeres pobres no tienen ningún posnatal, porque carecen de empleo, o trabajan como independientes, o no tienen contrato de trabajo. Esa es la realidad.

En el mismo diario la ex Directora del Trabajo, Patricia Silva, dice: "La actual regulación en materia de salas cuna determina que cerca del 70% de las empresas en Chile no contrate más de 19 mujeres". (Pues si contratan veinte o más deben instalar una sala cuna). Agrega: "Sobre la remuneración el empleador debe asumir un costo de más del 50% del ingreso mínimo mensual".

Tenemos una legislación tan avanzada en favor de la mujer, superior a la de países desarrollados, que gracias a eso nuestra tasa de participación de la mujer en el trabajo se cuenta entre las más bajas de América Latina.
Es así como la demagogia hace, primero, que nuestra producción sea menos competitiva, por lo cual, para poder tener demagogia y producción al mismo tiempo, necesitamos "un dólar alto", artificialmente alto. Esa es la manera de encubrir nuestras ineficiencias. Y la demagogia, segundo, hace más pobres a los pobres. La mayoría de las mujeres pobres nunca ha tenido ni tendrá posnatal, porque carece de empleo con contrato. Y no lo tiene a raíz de "conquistas sociales" como el posnatal de seis meses, que ni siquiera Europa se lo puede permitir; o las salas cuna.
Entonces la mujer pobre "se bate como puede", sin contrato, sin horario, en el mercado informal. Y cada vez que se consagra una nueva "conquista social" demagógica, más mujeres pobres son lanzadas al mercado informal y, como la competencia que representan hace bajar las remuneraciones ya precarias de ese mercado informal, las más pobres quedan todavía más pobres.

Así, "las conquistas sociales" son regresivas y, además, obligan a mantener un precio alto del dólar, cosa que a quienes más castiga es a los pobres, porque deben pagar más por su pan.
Y todo ello incrementa la desigualdad en la distribución del ingreso, pero los demagogos se las arreglan para culpar de ella a la economía libre, en circunstancias que su causa real es la economía intervenida por la demagogia de ellos.
Lamentablemente, ella siempre ha sido rentable para los políticos y las verdaderas consecuencias de sus propuestas populistas rara vez han sido comprendidas por los pueblos, especialmente por los más pobres dentro de ellos, que son los más dañados por esa demagogia.

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