Aviso:
“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR, ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES), EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS, Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

jueves, marzo 03, 2011

El Otro Daño de los Terremotos

DOMINGO 27 DE FEBRERO DE 2011

Hoy 27F hago, contrito, un recuerdo adicional a los que en general se hacen, muy justificadamente, a raíz del aniversario del terremoto.
En efecto, una desgracia más que nos traen estas catástrofes es la de que casi siempre nos dejan más socialistas de lo que estábamos.

Tras el de 1939 el nuevo gobierno del Frente Popular encontró en el terremoto de ese año el pretexto que necesitaba para hacer crecer desmesuradamente al Estado. De ahí nació la CORFO, un elefante blanco estatal cuyo enorme lastre para la economía chilena nadie se ha preocupado de pesar o medir. El aumento del gasto público de entonces mucho tuvo que ver con la aparición de la inflación galopante en Chile y con la mediocridad de nuestro crecimiento en las décadas de los '40 y los '50.

Después nuestra mala fortuna quiso que hubiera otro gran terremoto en 1960, justo cuando estaban surtiendo sus mejores frutos las reformas privatizadoras y liberalizadoras del gobierno de Jorge Alessandri. La enormidad de los daños condujo a aumentos del gasto público que minaron la disciplina monetaria y fiscal y barrenaron el sistema de cambio libre y fluctuante, que había operado muy bien desde 1959. En el campo político las aflicciones del terremoto condujeron a que el Gobierno perdiera el tercio de los parlamentarios en el Congreso, en 1961, tercio que le permitía al Presidente vetar las iniciativas demagógicas, por lo cual tuvo que renunciar a la política de cambio libre y fluctuante, porque los radicales que lo apoyaron y a los cuales necesitaba para mantener ese tercio, sostenían que si el dólar subía iba a aumentar la inflación (que había sido controlada). Pero la consecuencia de mantener artificialmente fijo el precio del dólar fue que "se acabaron los dólares" un fatídico 28 de diciembre de 1962. De ahí en adelante el gobierno de Jorge Alessandri, de haber tenido un inicio excelente, pasó a ser "uno más" de los que tenían crecimientos del 3 por ciento, no obstante lo cual, dado el carácter austero y la rectitud del Presidente, éste dejó el cargo rodeado de gran popularidad.

Y, en fin, este último terremoto se ha prestado para que toda la vocación DC del Presidente elegido el año pasado se pusiera de manifiesto y, no obstante que el Estado tenía sobradamente los ocho mil millones de dólares necesarios para cubrir los daños a la infraestructura pública (pues con anterioridad se había ahorrado más que eso justamente para emergencias), subió los impuestos a diestra y siniestra: el royalty a la minería, que llevará a que haya menos inversiones en el sector; el impuesto a la renta de las empresas, con igual efecto en todos los sectores; las contribuciones de bienes raíces, subiéndoles a sus dueños "el arriendo" que le deben pagar cuatro veces al año al Estado, lo que desalienta la inversión en inmuebles; los nuevos impuestos al ahorro, que por definición financia la inversión privada, de modo que también termina castigándola.

Y todo esto sin hablar de la creación de nuevos organismos y ministerios burocráticos. El hecho es que hemos terminado con un gasto público de 54 mil millones de dólares, cerca de un tercio del PIB, y que el terremoto ha logrado, entonces, hacer más rico al más rico de todos, el Estado, que nos ha hecho pagar a nosotros sus daños, "sin moverse de su escritorio" ni vender una sola de las 17 mil propiedades inmuebles que tiene, mientras nos ha subido "el arriendo" que nos cobra por las nuestras.

Entonces, derramemos también una lágrima por el sufrimiento de que el 27F nos haya dejado con un Estado más grande y nos haya hecho, como casi todos los terremotos (pues el de 1985 no; otro día les explico por qué) más socialistas de lo que éramos.

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