
Viernes 25 de febrero de 2011.
Una de las razones (porque son varias) que me ha llevado a ser uno de los sujetos más impopulares de Chile es que he sostenido que el trabajo más importante de una mujer es el de ser gerenta general de su hogar y madre de familia a tiempo completo. Eso es considerado "puro machismo" por la mayoría, pero yo lo califico de puro sentido común. ¿Cómo puede haber algo más importante para una mujer que su hogar y la buena crianza y formación de sus hijos? Desde luego, eso equivale a cumplir sobradamente la debatida aspiración del post-natal de seis meses, pues en ese caso todo pre y post-natales serían de tiempo indefinido, aunque sin empleador distinto del marido.
Pero está visto que las mujeres prefieren ser temporeras, obreras, empleadas domésticas, secretarias, ejecutivas, gerentas de empresas, empresarias o profesionales a ser gerentas generales de sus hogares o, tal vez, en muchos casos, simplemente no puedan ser esto último, aun deseándolo. Entonces se emplean fuera del hogar y contratan, si pueden, a alguien para que corra con él.
Dado lo anterior, las mujeres han ido ganando, a través de las leyes, varias "ventajas" por sobre los hombres que trabajan. Por ejemplo, los descansos pre y post-natales, las salas-cunas a las cuales llevar a sus hijos, los servicios higiénicos separados, las licencias para cuidar a hijos menores de un año y otras cosas que les cuestan a las empresas desembolsos que no tienen en caso de emplear varones.
Entonces, adivinen ustedes qué ha sucedido: que los sueldos de las mujeres son bastante menores que los de los hombres. ¡Todos los beneficios que ellas habían creído conseguir los han estado pagando ellas mismas, a través de menores sueldos! Por una razón muy sencilla: porque una empresa paga a un trabajador lo que éste le aporta, siempre. Si no, perdería plata cada vez que contratara. Si suben los beneficios adicionales que debe pagar por contratar, lo que hace es bajar el sueldo base. Por eso los de las mujeres son más bajos. No es que ganen menos, sino que parte de su remuneración está representada por los costos mayores que la empresa paga por el hecho de contratar a una mujer en vez de un hombre.
La discusión sobre el post-natal de seis meses está cruzada por esa evidencia, que la gente no comprende muy bien, pero las personas bien informadas sí. Con el post-natal de seis meses, más los 42 días del pre-natal, más los días que toma el parto mismo, que dan derecho a licencia, una mujer puede tener alrededor de siete meses y medio al año de licencia. Va a ser el descanso maternal más largo del mundo. Va a tener que trabajar sólo cuatro meses y medio al año, si se ordena para tener hijos muy seguido, perspectiva que a muchas mujeres no les gusta nada, pero que, vista la rentabilidad que acarrea, podría transformarse en apetecible.
Y de paso contribuiría a que los chilenos no nos extingamos, pues, por si usted no lo sabe, nos estamos extinguiendo, cosa que no sé si será buena o mala para el resto de la Humanidad (Jaime Baily diría que buena), pues el hecho es que cada pareja tiene actualmente en Chile 1,8 hijos, lo que es inferior a la "tasa de reposición", que obviamente es 2.
De modo que, por la vía de la demagogia rampante que impera en el país, puede al fin venir a darse cumplimiento parcial a mi propuesta, es decir, a que las mujeres terminen pasando la mayor parte del tiempo en su hogar y criando bien a sus hijos, dando en gran medida cumplimiento a la idea tan repudiada que yo siempre he defendido. ¿Quién lo iba a decir?
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