
MIÉRCOLES 23 DE FEBRERO DE 2011
Había una opera bufa francesa en que un ayuda de cámara le decía la frase del título a su patrona, la marquesa, en circunstancias en que "tout" no podía ir peor, pues en palacio se estaba gestando un desastre mayúsculo. La música de la estrofa era muy bonita, de modo que se hizo muy popular, se cantaba con frecuencia hace medio siglo y más, y se oía en las radios.
Ahora, entre nosotros y en palacio, no se gesta ningún desastre. Al contrario, las cosas van, en general, bien. Chile está atravesando por un período muy afortunado, con su principal exportación, el cobre, al precio récord de 4,50 dólares la libra o algo así. Si algún problema tenemos es el de no saber qué hacer con la plata, porque la abundancia de dólares ha hecho que el precio de esta moneda baje, lo que genera perjuicios a unos, pero también beneficios a otros. En todo caso, nunca se ha sabido de una persona, un grupo o un país que no hayan podido superar las angustias provocadas por el exceso de dinero.
Pero en palacio no "tout" va "trés bien", pues el descenso en la popularidad del dueño de casa es notorio, y eso probablemente es lo que a él más le importa.
Con seguridad cuando les pregunta a sus asesores por qué su popularidad viene en picada, siendo él alguien tan lleno de merecimientos, éstos le presentan una lista de razones que, con toda certeza, contiene las alzas del Transantiago, el alejamiento de Marcelo Bielsa por las razones que todos sabemos, las mentirijillas en que lo pillaron tras su aterrizaje forzoso en helicóptero, el respaldo a la intendenta de Concepción, que ofreció algo que no podía dar, y la sucesión de promesas incumplidas de su campaña presidencial, como el post-natal de seis meses, la supresión de la cotización de siete por ciento de salud de los jubilados y el respeto a las leyes en los juicios a los uniformados.
Con seguridad cuando les pregunta a sus asesores por qué su popularidad viene en picada, siendo él alguien tan lleno de merecimientos, éstos le presentan una lista de razones que, con toda certeza, contiene las alzas del Transantiago, el alejamiento de Marcelo Bielsa por las razones que todos sabemos, las mentirijillas en que lo pillaron tras su aterrizaje forzoso en helicóptero, el respaldo a la intendenta de Concepción, que ofreció algo que no podía dar, y la sucesión de promesas incumplidas de su campaña presidencial, como el post-natal de seis meses, la supresión de la cotización de siete por ciento de salud de los jubilados y el respeto a las leyes en los juicios a los uniformados.
Entonces en palacio hay una febril actividad para ir "desfaziendo" al menos algunos de estos entuertos, y ya parece haber "humo blanco" para cumplir en parte lo del post-natal y lo de la cotización de salud de los jubilados. Pero parece que el "humo blanco" viene, de todas maneras, "con letra chica", la cual no goza de ninguna popularidad entre la gente. Pues a ésta no le gusta haber dado su voto confiando en que recibiría lo ofrecido por el candidato y encontrarse después con que no se lo han cumplido o se lo cumplen muy parcialmente. Eso no es serio, sobre todo porque la gente ya no puede retirarle el voto al que hizo las promesas. Entonces su única opción es retirárselo hacia el futuro y eso lo hace al responder las encuestas y calificar negativamente al incumplidor.
De modo que "tout va trés bien" en Chile, pero no en palacio, donde se están haciendo tremendos esfuerzos en el "control de daños". Pero me temo que la popularidad del dueño de casa no va a venir fortalecida en las próximas encuestas.
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